Gabriel Tamas es uno de esos tantos futbolistas frutados que se encuentran actualmente sin trabajo. Pasó por diversos equipos luego de su llegada al Celta de Vigo en 2006. A donde quiera que llegaba le costaba acoplarse, carecía de una buena actitud y se decía que el jugador tenía fuertes problemas con el alcohol. No tuvo suerte o quizás nunca la buscó tener. Lo que sí sabemos es que luego no hubo otro equipo que quisiera ficharlo. Este es un claro ejemplo de lo que es el querer frustrarse su propia vida.