Antes de la Gran Depresión no había existido otra crisis económica que afectara tanto la historia como fue la sucedida tras la caída de la monarquía francesa en 1789. Claro que resulta bastante paradójico dado que ya para ese entonces las riquezas solo eran manejadas por la corona, el clero y los burgueses de clase media que solo representaban el 10% de la población. El resto se podría decir que moría de hambre. Sin embargo, la verdadera crisis estalló cuando el rey Luis XVI destinó todo el dinero de la corona para la revolución estadounidense.