La vista frontal del Taj Mahal sigue siendo impresionante, al menos lo suficientes para que quieras ir. A pesar de que siempre está inundado de turistas en verdad vale la pena. Pero no esperes encontrar en su interior habitaciones decoradas al estilo de las “mil y una noches”. Ciertamente, el Taj Mahal es un mausoleo hueco, por dentro no hay nada que ver, es solo un monumento. Lo lamentable de todo esto es lo que hay detrás del Taj Mahal. Hablamos de una ciudad tercermundista, rodeada de basura, en donde puedes mirar de cerca la pobreza de sus calles.