Es la personificación del mal y la destrucción en la mitología egipcia, gracias al mito que dice que descuartizó a su hermano Osiris por envidia. También se le considera el dios del desierto, porque fue la parte que se entregó como heredad. Aunque por lo general es considerado el dios de las tinieblas, por un breve tiempo se le consideró el protector de las caravanas en el desierto.