En 1897, Cassie se estableció como la supuesta hija de Andrew Carnegie. Falsificó un pagaré de 2 millones de dólares con la firma de Carnegie. La información se filtró a los mercados financieros en el norte de Ohio y los bancos comenzaron a ofrecer sus servicios. Durante los siguientes ocho años utilizó este fondo falso para obtener préstamos que eventualmente totalizaron entre 10 y 20 millones de dólares. Cuando más tarde le preguntaron a Carnegie sobre ella, él negó haberla conocido. El plan se derrumbó, fue arrestada y el juicio se convirtió en todo un circo mediático.