Margarita Sánchez Gutiérrez envenenó a cuatro hombres e intentó fallidamente con tres más entre agosto de 1992 y junio de 1995. Solo fue condenada por lesiones, estafa y robo, pues el jurado consideró que su intención nunca fue la de matar, y que estaba trastornada por los maltratos familiares que recibió desde pequeña.