John Rockefeller construyó un imperio valorado en 340.000 millones de dólares gracias al petróleo. Su compañía, Standard Oil, fue la mayor productora de crudo en Estados Unidos a comienzos del siglo XX. Aunque la empresa fue disuelta por el gobierno para evitar el monopolio, nacieron otras vertientes como Amoco, Chevron, Conoco y ExxonMobil.