La popularidad de Instagram creció como la espuma. Esa mecánica de tener seguidores, publicar Historias y convertir la vida cotidiana en imágenes ha gustado mucho a los millennials. Sin embargo, hay quienes opinan que el culto a la soberbia y el hedonismo que promulga es excesivo. Ya saben, eso de convertir la vida en un espectáculo de apariencias.